Rolando Astarita un farsante político

Rolando Astarita es un "economista" marxista, considero que uno bueno aunque no tengo criterios objetivos para afirmarlo.

Sin embargo, Rolando Astarita es al tiempo que un buen economista, un farsante político. En su blog personal constantemente se pronuncia por una línea política coherente con la lucha de clases, sin embargo, y él lo sabe muy bien, no existen condiciones objetivas ni subjetivas para la existencia de dicha línea política por lo que todos sus comentarios en pro de lo inexistente son incontestables. Cualquier opinión en contra de las opiniones políticas de Astarita será fallida e inútil por cuanto se refiera a la línea política coherente con la lucha de clases.

No obstante, las posturas políticas de Astarita, no entorno a lo inexistente, sino en torno a lo real, lo alejan de la izquierda realmente existente y lo acercan, por sus ataques, a la derecha internacional. Obviamente Astarita no puede ser acusado de ser derechista ni de ser defensor del capitalismo neoliberal, eso sería un craso error. De lo que sí se puede acusar a Astarita es de tener posturas políticas análogas a las posturas políticas de la derecha internacional.

Astarita se muestra solidario con las cusas del proletariado, pero no comete el error de ser solidario con gobiernos acusados de "socialistas", tal es el caso del Gobierno Bolivariano de Venezuela, al que él califica de "socialismo de burócratas". Lo que pasa es que Astarita tiene opiniones políticas coherentes con su ideología a favor de lo inexistente. Como indiqué antes, la línea política de Astarita tendiente hacia lo inexistente es incontestable; pero cuando él pretende hacer análisis político de lo real con criterios ideológicos basados en lo inexistente, lo único que puede producir es una postura política farsante.

Para ser explícito: la lucha de clases es una condición ideológica no real, por la razón de que no existen condiciones objetivas ni subjetivas para su realización material, de existir, un partido proletario internacional sería posible, funcional y operante, pero eso no existe en ninguna parte del mundo. Basado en esta condición ideológica no real, Astarita realiza un análisis de lo real y pretende ajustar lo materialmente existente con lo ideológicamente inexistente y entonces puede decir con toda autoridad que la realidad no se ajusta a su ideología; ¡vaya timo!

En efecto, la realidad nunca coincidirá con la ideología de Astarita, pero esto cualquiera pudo descubrirlo sin ningún problema. Como "economista" que es, Astarita se cuida de proporcionar datos aunque ellos contengas sesgos insalvables. Procura basarse en opiniones de organismos no gubernamentales cuyos "estudios" y "análisis" son igualmente sesgados (por no decir abiertamente falaces), procura no mencionar datos que contrasten con lo que él presenta y luego, filtrando dichos datos ya sesgados con el tamiz de su ideología, produce sus opiniones políticas.

Reconozco la dificultad con las posturas políticas en general, pero he querido dejar estas notas en este tema en particular, porque pareciera que lo dicho por Astarita es incontestable, ¡por supuesto!, mientras Astarita siga con cuidado su procedimiento, siempre será incontestable y siempre tendrá razón, la realidad nunca podrá coincidir con su ideología aunque para ello tenga que usar datos sesgados y falaces.

Finalmente, doy un ejemplo del tipo de datos que utiliza Astarita: afirma que la elección de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela, en la que participaron más de ocho millones de personas (lo cual se verificó el día de los hechos simplemente viendo la asistencia popular a los centros de votación, eso es un hecho realmente existente y perfectamente verificable), es un fraude y pone como dato incontrovertible la declaración de un representante de la empresa que vende el equipo electrónico para las votaciones, aunque se cuida de mencionar que dicha empresa no tiene ningún control sobre los procesos de auditoria a los comicios, este hecho no es baladí, pues son los procesos de auditoria los que realmente indicarían si hubo o no fraude y en qué medida. Pero Astarita no tiene interés alguno en saber la realidad, lo único que le preocupa es hacer coincidir la realidad con su ideología y en cuanto aquella no resulte igual ésta se presentará como el gran analista incontestable.

Post Scriptum: No acuso a Astarita de tonto sino de todo lo contrario, utiliza toda su inteligencia y recursos intelectuales para encubrir, sobre todo y principalmente, sus farsantes posturas políticas. Como "economista" marxista, quizás sea de los mejores, pero como político "marxista" adolece de lo mismo que todos los políticos "marxistas".

Por cierto: ¡Gloria al Bravo Pueblo Bolivariano!, que se impuso a la violencia del terrorismo al que tangencialmente respalda Astarita con sus opiniones políticas.

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