morena, Ayotzinapa y el cambio definitivo [Parte I/III]
Andrés Manuel López Obrador es el personaje público de mayor
relevancia política en México; lo ha sido, por lo menos, durante la última
década. Muestra de su actualidad y relevancia es, por ejemplo, que durante los
días 23 al 26 de marzo de 2015, el canal forotv de televisa le dedicó su
principal programa de opinión, si bien, mediante el tema del populismo, no cabe
duda que se trató de un programa diseñado para intentar destruir la confianza y
credibilidad en el político tabasqueño y, por extensión, minar la confianza en
el partido político morena. Las cuatro sesiones del programa sirvieron para
desarrollar una idea: el miedo a una “reacción populista” ante el descrédito
del actual gobierno. Sin embargo, durante el desarrollo del tema, el nombre de
Andrés Manuel López Obrador estuvo presente de manera recurrente.
Esto nos refleja algunos aspectos importantes. Primero.- la
relevancia y vigencia de Andrés Manuel López Obrador, lo que es sorprendente si
se considera tanto los errores cometidos por el propio personaje, como los
constantes y renovados intentos de un sector político-empresarial para destruir
la legitimidad y confianza con que cuenta el aludido entre la población en
general, esto desde la época del desafuero e incluso antes. Segundo.- la
identificación que se hace de Andrés Manuel López Obrador (por extensión del
partido político morena) con el populismo y la idea de que el populismo es
negativo en sí mismo, lo que no es exacto ni verdadero, como señalaré más
adelante. Tercero.- la existencia real de la enésima campaña de miedo contra
Andrés Manuel López Obrador y, por extensión, contra el partido político
morena; miedo que si bien es real e identificable, no es generalizado, por lo
que dicha campaña pretende generalizarlo entre aquellos sectores de la
población influidos directa e indirectamente por el programa de televisión que
vengo comentando.
No añadiré más en torno a la actualidad e importancia de
Andrés Manuel López Obrador y del partido político morena, ella es obvia al
grado de que ya es un lugar común entre los comentaristas políticos de todos
los niveles y tendencias.
El populismo de Andrés Manuel López Obrador y morena.
Existen dos conceptos de populismo en juego, el primero de
ellos alude al estatuto ideológico de la palabra en el sentido que pretenden
darle los adversarios de Andrés Manuel López Obrador y de morena; el segundo,
en cambio, se refiere a la realidad del populismo, a lo que realmente es.
Populismo hace referencia al Pueblo, el Pueblo es la masa de
la población que no ostenta cargos de gobierno. Si la clase dirigente es
aquella que ocupa la estructura de los Poderes de la Unión (Ejecutivo,
Legislativo, Judicial y Organismos Autónomos), el resto de la población es el
Pueblo. Tener el consenso del Pueblo o su simpatía no es el Populismo sino lo
Popular. Nadie duda de la popularidad de Andrés Manuel López Obrador, la cual
es visible en todos los actos públicos donde se hace presente, pero también los
personajes de televisión son populares, incluso el propio Enrique Peña Nieto tiene
cierta popularidad. Lo que distingue lo Popular del Populismo es el contenido
material y el sentido de dicho contenido. El contenido material de lo Popular
es el interés personal basado en la explotación de la fama y se refiere al
reconocimiento público del éxito (aunque sea efímero) basado en el talento
(real o ficticio) de la persona de que se trate, su sentido es el
acrecentamiento del personaje por medio del reconocimiento del Pueblo.
En cuanto al Populismo, su contenido material consiste en el
interés general mediante el despliegue de la acción política. Consiste en todas
aquellas acciones encaminadas a obtener un beneficio público, colectivo o
comunitario a favor del Pueblo, en este caso, el sentido es el reconocimiento y
satisfacción de las necesidades del Pueblo por parte del personaje. De allí que
todas las acciones políticas dirigidas al Pueblo contengan en sí mismas el
germen del Populismo, pero aquí existe la posibilidad de una deriva populachera
más que populista y se refiere a las acciones demagógicas, aquellas que no le
sirven al Pueblo sino que se sirven del Pueblo para la obtención de beneficios
personales o particulares. Un ejemplo inequívoco del político populachero es
Vicente Fox, quien mediante la acción demagógica obtuvo del Pueblo la mayoría
de votos, pero sólo para cumplir con su interés personal (y quizá para cumplir
con los que financiaron su campaña), pero nada de lo que propuso a favor del
Pueblo fue cumplido.
Una vez definido el Populismo, lo Popular, lo populista y lo
populachero, sabremos distinguir que Andrés Manuel López Obrador es en efecto
un político popular y populista, porque su acción política se encuentra
encaminada al beneficio del Pueblo lo que le atrae el reconocimiento de éste,
ejemplo inequívoco de ello son los programas sociales que implementó en el
Distrito Federal, que luego fueron convertidos en Ley de la Ciudad de México y
que posteriormente fueron imitados en distintos niveles de gobierno. Con esto
quiero indicar que el Populismo en su sentido real es positivo, porque implica
el beneficio del Pueblo, es decir, el beneficio de la población que no forma
parte de la clase dirigente, lo cual es positivo en sí mismo. Lo contrario del
Populismo es lo antipopular.
Si lo contrario al Populismo es lo antipopular, queda claro
que la clase político-empresarial anti-Populista es también antipopular, o sea,
no les interesa el beneficio del Pueblo sino única y exclusivamente obtener
satisfacción a sus intereses particulares, aunque para ello tengan que echar
mano de políticos demagógicos y populacheros como el propio Peña Nieto cuya
imagen, como todos sabemos, fue construida por el poderío de los medios de
comunicación, particularmente de televisa con el único fin de ganar la
presidencia y desde allí implementar acciones netamente contrarias al Pueblo.
Las acciones de Peña Nieto lejos de ser populistas son populacheras, meramente
demagógicas y, en el peor de los casos, antipopulares.
Pero falta explicitar el estatuto ideológico del “populismo”
(lo coloco entre comillas para denotar su sentido ideológico), aquel que usa la
clase político-empresarial contra Andrés Manuel López Obrador. Según esta
concepción ideológica del “populismo”, son dos los pilares sobre los que se
levanta un político “populista”. El primero se refiere a la presunta
irresponsabilidad económico-financiera del político acusado de “populista”; el
segundo alude a la supuesta irresponsabilidad político-institucional, lo que
derivaría en un presunto autoritarismo antidemocrático. O sea, el “populismo”
en el sentido ideológico de la clase político-empresarial antipopular
significa: 1) irresponsabilidad económico-financiera, 2) irresponsabilidad
político-institucional y 3) deriva en autoritarismo antidemocrático. Esta
concepción ideológica del “populismo” que constituye el núcleo duro de las
reiteradas campañas de miedo contra Andrés Manuel López Obrador, es eficaz por
su simpleza y por lo extendido de su difusión, pero es insostenible por basarse
no el contenido real del Populismo sino en los tres equívocos ya anotados.
Antonio Degante
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