¿Por qué fracasará la propuesta de Paro/Huelga Nacional? II
Una organización
que se precie de serlo no puede ser a control remoto. Para que una organización
como aquella que pretende llevar a cabo un Paro/Huelga Nacional fructifique, es
necesario que incorpore a los posibles participantes de manera directa, esto
quiere decir en el propio lugar de su habitación. Esto tiene que ser así porque
solo de esa manera se articula y compromete al participante.
Como se desprende del propio significado de las palabras que
utilizo, la organización que se pretende es activa-positiva, son acciones las
que se requieren, no una permanente pasividad que de hecho existe.
Se dice que la diferencia entre el Paro/Huelga Nacional que
se propone y el Paro Real que existe en México es la consciencia o la voluntad con
la cual se efectúa o se está en ello, pero esta afirmación evade el análisis de
la realidad respecto a las determinaciones objetivas y subjetivas que mantienen
la pasividad y apatía de la mayoría a pesar de saberse víctimas de un proceso
de degradación social, política y económica.
Tampoco se toma en cuenta el poder efectivo del enemigo que
tenemos en frente. Sí, el problema general es el modo de producción
capitalista, pero nuestro enemigo inmediato es el régimen político-económico
dominante, compuesto por los partidos políticos aliados al Pacto por México así
como los empresarios que los apoyan y mantienen de diversas maneras, esto
necesariamente incluye tanto a los militantes y simpatizantes de dichos
partidos políticos como a los empleados y trabajadores de los aludidos empresarios.
Como se desprende de lo anterior, el enemigo común tiene
múltiples manifestaciones por lo cual no es un enemigo fácil de vencer. El
enemigo común ejerce su poder en tres ámbitos o niveles: el social, el político
y el económico, valiéndose para ello de todos los instrumentos a su alcance desde
el control de la institucionalidad vigente hasta el control de los medios de condicionamiento.
Va siendo claro que para derrotar a un enemigo poderoso se
requiere crear un contra poder que le haga frente no sólo con fuerza sino con
eficacia.
Un obstáculo que no puede obviarse en una tarea tan compleja
como un Paro/Huelga Nacional (y esto deben saberlo muy bien los trabajadores
que se hayan ido a huelga) es el tiempo que ha de prolongarse, el cual
dependerá necesariamente de la fuerza tanto de los parados/huelguistas como del
enemigo. Con fuerza me refiero tanto a la cantidad como a la calidad de la
organización. Un millón de parados/huelguistas no tendrá la misma fuerza que
diez o veinte millones. Un día de paro/huelga no tendrá la misma fuerza que
siete o quince días. ¿Hasta dónde se puede llegar?
Según datos oficiales 55 millones de mexicanos son pobres,
ellos ya se encuentran de facto en
paro. No trabajan, no estudian y no consumen, sobreviven como pueden y para
ellos que también son víctimas de la opresión, la tarea inmediata más urgente
es tener algo qué comer, ¿soportarán ellos un día más de paro? Soportarán hasta
la muerte. Son conscientes del problema, pero están desarticulados. Además, a
esta altura va quedando claro también, que el paro/huelga nacional es apenas un
primer paso quizás innecesario, siempre y cuando lo que se logre primero sea la
organización efectiva de los millones de mexicanos que no estamos de acuerdo
con el actual régimen de opresión.
Pero todo esto implica tomar partido y se refiere a la
polarización necesaria a la que esto conducirá, ésta polarización tendrá una
primera manifestación política y después una manifestación económica aún más
radical, sin embargo algunos todavía intentan detener lo inevitable por cuanto
que lógico y necesario.
Antonio Degante
09/08/2015
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