Estampa de un farsante filo-sionista
(Enésima
respuesta a título personal contra las falsificaciones del historietista Pedro
Salmerón*)
“…los profesores… de esa
ciencia seguían siendo simples aprendices. En sus manos, la expresión teórica
de una realidad extraña se convertía en una colección de dogmas interpretados
por ellos en el sentido del mundo pequeñoburgués que los rodeaba, o sea, mal
interpretados. Para disfrazar un sentimiento de impotencia científica que no
acertaban a reprimir del todo y la desazón del que se ve obligado a poner
cátedra en cosas que de hecho ignora, desplegaban la pompa de una gran
erudición histórico-literaria o la mezclaban con materias ajenas a ella…,
batiburrillo de conocimientos por cuyo purgatorio debe someterse el esperanzado
candidato a la burocracia…”
Karl
Marx. El Capital (epílogo a la 2ª edición). 1873
Pedro Salmerón, por principio, desacredita
públicamente a su adversario, lo descalifica de antemano para no tener que
debatir realmente. Busca crear condiciones propicias para un FALSO “debate” en
el que lo importante no es la argumentación ni el razonamiento sino simple y
llanamente la descalificación del adversario.
Asume, no como un error de monta sino como
una falacia deliberada, que su adversario es una especie de
“fanático-fascista-místico/esotérico-hiperviolento-incapaz-de-razonar” y, por
lo tanto, Salmerón se antepone a sí mismo como posible víctima de la hipotética
hiperviolencia e incapacidad-de-razonar de su “fanático-fascista-místico/esotérico”
adversario; en este sentido procede igual que lo hace un sionista cuando
pretende explicar el conflicto Palestino-Israelí, es decir, descalificando de antemano
el (cualquier tipo de) argumento del otro (quien quiera que éste sea).
Pero obviemos la forma de proceder de
Salmerón y preguntémonos, ¿sobre qué quiere debatir?
Si nos atenemos a los hepáticos escritos de
Salmerón en la red social nos daremos cuenta de que su obsesión a “debatir” se
resume a un intento, por cierto bastante fallido, por desacreditar al connotado
analista internacional y experto en geopolítica, geoeconomía y geofinanzas DR.
Alfredo Jalife-Rahme. Sin embargo, dado que Salmerón se ha mostrado incapaz de
lograr su objetivo, ha desplazado su meta hacia una especie de “denuncia” de lo
que él entiende como un supuesto “conspiracionismo/paranoide” ¿de izquierda?,
es decir, una pura invención de su mente.
En ese desplazamiento de su objetivo, procede
como los profesores a que alude el epígrafe del presente comentario, pues ha
querido ligar diversos temas que no conoce y menos entiende, pero de los que se
siente obligado a tratar echando mano, al menos, de algunos reconocidos exponentes,
según el tema de que se trate, por ejemplo, recientemente trajo a colación a
Slavoj Zizek y Edward Said para tratar dos temas que, según su cabeza –la de
Salmerón–, tiene que tratar porque son temas que van enfocados a robustecer su
“denuncia” y de paso intenta darle algún impulso de vida a su fallido plan de
desacreditar a su principal adversario. Sin embargo, no logra sino exhibir su
propia farsa.
Podrá continuar ocultando su ignorancia
desplegando la pompa de una “gran erudición” histórico-literaria o mezclando materias
ajenas a los temas que pretende tratar, pero, los HECHOS y la HISTORIA se
encargarán de desmontar su farsa; por ejemplo, cuando alega el tema de Palestina
(el cual obviamente no conoce y por ello usa a Said como podría usar a
cualquier otro), alega en favor de una solución que él apoya, pero que ignora o
pretende ignorar el origen del estado genocida de Israel que, como ya indiqué
anteriormente, se basa en un doble mecanismo: a) la ocupación, muchas veces
ilegal, por sionistas extranjeros del territorio de Palestina y b) un plan
sistemático de exterminio o limpieza étnica de la población Palestina
originaria.
Pero cuando nuestro farsante se ve exhibido,
no solo se niega a sí mismo, sino que, lejos de asumir su postura, dispersa la
atención hacia temas triviales, por ejemplo, la –también obsesiva– denuncia de
que se le calumnia, sin embargo, Salmerón olvida que todo lo dicho sobre él es
verificable públicamente: su filo-sionismo, su ITAMitismo, su obsesiva campaña contra Jalife-Rahme, su falacia
sobre un supuesto “conspiracionismo/paranoide ¿de izquierda?”, entre otras
tantas invenciones que a veces él mismo niega cuando no puede sostener.
En resumen, dado que Pedro Salmerón es un
historietista consumado, cualquier tipo de “debate” bajo sus falsas/falaces e
imaginativas premisas es, a mi juicio, imposible. Mejor sería debatir sobre los
HECHOS que él a veces ignora, pretende ignorar o simplemente niega.
Antonio
Degante
@AntonioDegante
*Nota: Pedro Salmerón, como buen farsante,
falsifica un hecho notorio: mi respuesta intitulada “Sobre la cuestión
Palestina” NO es una respuesta al texto de Said, como SÍ es una respuesta al
intento fallido del propio Salmerón por abordar un tema que no entiende: el
conflicto Palestino-Israelí. Asumo que el filo-sionismo de Pedro Salmerón le
obstaculizará entender dicho tema, pero quizá él pueda, aunque lo dudo,
aprender algo tratando de documentar su propia postura a favor del estado genocida
Israelí, es decir, filosionista.
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