La acción política, compromiso ineludible
El
obrero debe apoderarse un día del poder político para edificar la nueva
organización del trabajo; debe trastocar la antigua política que mantienen las
antiguas instituciones, si no quiere, al igual que les ocurrió a los primeros
cristianos que descuidaron y despreciaron esta acción, perder el reino del
cielo en la tierra.
Karl Marx. 1872
Todos los políticos son iguales. Esta expresión tan
extendida sólo es verdadera si las personas a quienes se la aplica cumplen efectivamente
con las características de las que aquellaexpresión es resultado, es decir, si
las personas a que se alude son corruptas, deshonestas y ladronas. Si una
persona cualquiera dedicada a la actividad política no cumple con tales
características, deja de ser igual al resto de los políticos que se suponen
corruptos, deshonestos y ladrones.
Todos los políticos son iguales. Sin embargo, esta expresión
tan extendida, lejos de ser un criterio de verdad, es en realidad un reflejo de
la pereza y pobreza mental, cuando no es un mero reflejo de la pura ignorancia
política. Porque desde Aristóteles, y tal vez desde antes, se sabe que el ser
humano es un animal político, un zoon
politikon, entonces más exacto sería decir que todos los seres humanos
iguales son políticos.
Todos los seres humanos iguales son políticos. Pero a todo
esto, ¿qué es la política? Sin el ánimo de entrar en disquisiciones filosóficas
asumiré que la política es toda actividad humana directamente relacionada con
el poder, entendido éste como la ejecución práctica de la voluntad. Por lo
tanto, todo aquel que ejerce o pretende ejercer su voluntad de manera práctica
está realizando una actividad política.
Todos los seres humanos iguales son políticos. De esta
manera, solo aquellos que no pretenden ejercer o no ejercen su voluntad de
manera práctica, por una u otra razón, dejarán de ser políticos. Ya no serán ni
políticos ni iguales. Son seres humanos, no hay duda, pero no son iguales por
cuanto que no son políticos.
Todos los seres humanos iguales son políticos. Pero, fuera
de los no iguales, para el resto solo queda asumir la política, afirmarse como
animales políticos y por lo tanto sociales. Constructorespues de la sociedad,
por lo tanto, responsables de ella, de su funcionamiento y de los resultados de
ese funcionamiento. Es decir, el político es el ser humano responsable por
antonomasia. De allí que quienes rehúyen la responsabilidad rehúyen también su
propia naturaleza humana. El no igual que tampoco es político no asume responsabilidad
alguna, reafirma su no-humanidad, se vuelca sobre sí mismo y nada le importa el
otro, carece de toda ética.
Todos los seres humanos iguales son políticos. Pero en algún
punto se pretendió disociar la responsabilidad social de la actividad política;
fue así que el político pretendió volcarse sobre sí mismo del modo en que lo
hace un ser humano no-igual/no-político, es decir, el político quiso ser un
no-igual. Se tornó corrupto, deshonesto y ladrón en la medida que dichas
conductas, en su pensamiento, le afectaban única y exclusivamente a él y no al
conjunto de la sociedad, ante la cual no pretendía ser responsable del modo en
que un ser humano no-igual/no-político tampoco es responsable socialmente.
Todos los seres humanos iguales son políticos. Llegados a
este punto, diferenciamos claramente 1) al político responsable, 2) al político
que pretende ser no-responsable (por lo tanto un político no-igual) y 3) al
no-político/no-igual/no-responsable. Ya indicamos que el político es productor casi
exclusivo del estado social y responsable de su bien/buen-funcionamiento.
Cuando el político pretende ser no-igual, pretende cambiar el
bien/buen-funcionamiento social para ponerlo a su disposición, o sea, igualarlo
a su voluntad, recuérdese lo que es la política.
Todos los seres humanos iguales son políticos. Entonces, la
confrontación real por y en la sociedad se da entre los políticos
responsables que asumen la igualdad y los políticos no-responsables que
pretenden asumir la no-igualdad. El resto de los no-políticos/no-iguales lejos
de ser expectantes, giran sobre sí mismos, pero se benefician o perjudican
según el bando político que se imponga.
Todos los seres humanos iguales son políticos. Salta a la
vista que sólo el político responsable busca la igualdad, asume la
responsabilidad en la construcción del bien/buen-funcionamiento de la sociedad
y al mismo tiempo busca involucrar a los no-iguales/no-políticos, para que
ellos mismos asuman la parte de su humanidad que no conocen porque la rechazan,
en otras palabras, el político responsable busca humanizar en la igualdad. Por
el contrario, el político no-igual/no-responsable genera condiciones de
desigualdad, o sea, deshumaniza con tal de vencer la tendencia del político
responsable a involucrar a los no-políticos/no-iguales.
Todos los seres humanos iguales son políticos, asumen su
humanidad y su responsabilidad para/con la sociedad de que ellos son
productores; en suma, los seres humanos iguales como políticos responsables
saben que la condición humana, para que florezca, requiere por un lado, vencer
a los políticos no-iguales/no responsables y, por otro, involucrar a los
no-políticos/no-iguales, por lo tanto, para los seres humanos iguales la
actividad política es un compromiso ineludible.
Antonio Degante
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