¿Qué pasaría si radio UNAM contratara a Carmen Aristegui?
Hay algunas situaciones cuyas razones no comprendo, una de
ellas es el uso que se hace de las frecuencias de radio UNAM. Si alguna vez han
sintonizado dichas frecuencias, sea en amplitud modulada o en frecuencia
modulada, habrán notado que casi la totalidad de la programación se constriñe a
la transmisión de música clásica, ópera y jazz, muy pocos son los espacios
destinados a divulgación científica, académica u otros temas de interés
general, lo que a mi juicio constituye una contradicción con el concepto mismo
de Universidad, es decir, radio UNAM debería utilizar su espacio radial de
manera diversificada.
Pongamos un ejemplo: la señal de radio UNAM se encuentra
disponible públicamente las 24 horas del día los 365 días del año, esto
equivale a más de 8700 horas de programación anuales, alrededor de 160 horas
por semana; horas que bien podrían distribuirse entre las distintas escuelas,
facultades e institutos de la UNAM a efecto de que cada una tenga asignada al
menos una hora de programación por semana, el resto del tiempo bien puede
servir para incluir otra programación y aquí podría aprovecharse para incluir
un espacio periodístico crítico del tipo que realiza Carmen Aristegui.
Seguramente ni el gobierno federal ni la administración de la
Universidadverían con buenos ojos la adhesión de Carmen Aristegui a las filas
de radio UNAM, aunque si ello ocurriera, la estación, sin duda alguna, se
posicionaría como una de las más escuchadas de todo México. Aunque la propuesta
que comento me parece sensata, no parece que ella sea factible, precisamente
por aquellas situaciones cuyas razones no comprendo, por ejemplo, que durante
años no se haya pensado siquiera en diversificar la producción radiofónica de
la Universidad.
Pongo aquí esta propuesta como un deseo personal a favor de
la diversificación de radio UNAM y a favor de la pluralidad informativa, pero
también como una provocación; quizá alguien con mayores conocimientos deba
formalizar esta idea y transmitirla tanto a Carmen Aristegui como a la propia
difusora de la Universidad, tal vez nuestras acciones individuales aisladas
vayan cohesionado en pos del periodismo crítico y la pluralidad informativa, de
paso puede que revolucionemos a la radio de la Universidad Nacional Autónoma de
México.
Antonio Degante
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